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Juan José Omella: “Europa necesita laicos que celebren la Palabra”

Con el título “El obispo servidor de la Palabra y de la Iglesia”, Omella comenzó la serie de conferencias y mesas de trabajo programadas en el encuentro de obispos agustinos recoletos. Junto a él, en la mesa presidencial, el decano de los obispos asistentes, Agustín Ganuza (emérito de Bocas del Toro, Panamá) resumía la ponencia de su hermano en el episcopado con una espontánea sentencia: “Ha sabido resumir; se nota que ha sido profesor”.

El obispo de Logroño expuso de un modo claro y conciso la tarea del obispo con respecto a la Palabra de Dios sirviéndose, en el Año Paulino, de la segunda carta de San Pablo a Timoteo en la que se lee: “Aviva el carisma que está en ti”. Continuó citando el Directorio de los Obispos donde se explica que los pastores han de ser “hombres de fe, discernimiento, esperanza, mansedumbre y comunión”. Auténticos imitadores de Jesús que han venido a servir y no a ser servidos. San Agustín lo expresaba con su conocida sentencia: “Para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano”.

Misioneros

Omella, consciente de que sus hermanos de episcopado reunidos en San Millán son obispos misioneros, ha mencionado sus experiencias en las misiones y ha puesto el modelo de catequista laico como un ejemplo que hay que exportar al viejo continente: “Europa tiene necesidad de catequistas y de laicos que celebren la Palabra”. Se mostró convencido de que Europa tiene que aprender mucho de las jóvenes iglesias de los países de misión. Recordó la frase de san León Magno en la que se pide a los laicos que sean la vanguardia de la Iglesia: “Reconoce, cristiano, tu dignidad”, y volvió a recordar a san Agustín cuando, en sus predicaciones, insistía: “Hemos sido hechos cristianos pero, mucha atención, hemos sido hechos Cristo”.

Otra de las características que ha destacado imprescindible para llegar a ser un buen obispo es la de la comunión, la de la unidad. “Hay que ser obispo de todos, para unir, no para dividir”. Esto, insistió Omella, se consigue conociendo bien a toda la comunidad cristiana y escuchando, porque “sin escucha el diálogo se convierte en monólogo”, sentenció parafraseando al cardenal Ratzinger, hoy Benedicto XVI.

Al final de la conferencia se abrió el diálogo con el resto de hermanos en el episcopado y el decano de los agustinos recoletos apuntó que a todas las características que había enumerado Omella para ser un buen obispo había que añadir las de la alegría y la audacia.