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Los agustinos recoletos construyen un centro de atención a menores víctimas de la explotación sexual

El 19 de marzo se bendijo y colocó la primera piedra del Hogar Santa Mónica. Con este gesto la comunidad de agustinos recoletos de Fortaleza inicia en el Condominio Espiritual Uirapurú (CEU) la construcción de la primera casa de acogida para niñas y adolescentes víctimas de abuso y explotación sexual.

Esta primera casa es el comienzo de un amplio proyecto solidario: el Hogar Santa Mónica contará con nueve casas de acogida con capacidad para 100 adolescentes, un centro de administración, salud y atención psicosocial, un edificio para cursos artísticos y de profesionalización, con una amplia biblioteca, una iglesia, un quiosco multiusos, un campo de deporte y una casa para la comunidad religiosa y los voluntarios.

En el acto de bendición, además de los religiosos y seminaristas de la comunidad de agustinos recoletos, participaron las hermanas de la fraternidad seglar y una representación de otras instituciones del CEU. Se comenzó escuchando la Palabra de Dios y siguieron unas palabras de José Alberto Moreno, agustino recoleto responsable del proyecto, en las que agradeció a Dios haber conducido a los agustinos recoletos hasta ese lugar y haberles permitido formar parte de la gran familia del CEU, dándoles una dura misión: llevar vida a las menores de edad explotadas y abusadas sexualmente.



El Hogar Santa Mónica, en Fortaleza, tendrá capacidad para cien adolescentes víctimas de abuso y explotación sexual.
CEU

A continuación tomó la palabra la hermana Lucilia Maria Valença de Freitas, presidenta del CEU (Condominio Espiritual Uirapurú). Recordó cómo la incorporación de los agustinos recoletos al CEU fue fruto de mucha oración por parte de las entidades del CEU y cómo la incorporación de la Orden de Agustinos Recoletos fue vista como una respuesta a sus oraciones.

Agradeció a Dios por la nueva obra que comienza en el CEU y alabó el carisma agustino recoleto como constructor de unidad y comunión. Concluyó alentando a todos a seguir el ejemplo de Mónica y Agustín, buscando siempre a Dios con una sola alma y un solo corazón. El prior de la comunidad, Santiago Sánchez, bendijo la piedra y a los asistentes.

El Condominio Espiritual Uirapurú (CEU) nació en el año 2000 a partir del sueño de colocar en el corazón de Fortaleza una señal visible de la presencia de Dios. Las diecinueve entidades que componen el CEU realizan actividades espirituales, educativas, culturales, sociales, entre otras, viviendo la unidad a través de la integración de la diversidad de carismas en pro de personas que buscan recuperar sus vidas.

Actualmente diez entidades se encuentran ya establecidas en el CEU dando atención a las personas que buscan sus servicios, acorde a sus posibilidades: niños de la calle, drogodependientes, expresidiarios, alcohólicos, niños y adultos son SIDA, adolescentes exploradas, mujeres abandonadas, sacerdotes ancianos… son algunas de las vidas que se rehacen dentro del gran pulmón espiritual en el que se ha convertido el CEU para esta ciudad de Fortaleza.